Vamos a comenzar a recuperar algunos posts ya antiguos pero que, con el tiempo, han revalorizado a nuestros ojos sus conclusiones. Lo haremos ocasionalmente, entreverándolos con investigaciones actuales. Precisamente en breve se publicará un volumen recopilatorio, en papel, con una selección de los post de ENTREMORIOS que no han sido desarrollados en estudios de mayor calado, ya publicados, desde la aparición del blog en 2019 hasta la actualidad.
Con esta entrada nos despedimos hasta el otoño. ¡Feliz verano a todos!
La península de Borizo, en Llanes, es en la actualidad escenario de la ruina de una finca con sendos edificios, que, durante la Posguerra Civil, fueron el lugar de un episodio de secuestro protagonizado por el Maquis local. Sin embargo, el interés mayor del lugar, inadvertido hasta donde he podido informarme, lo constituye la traza de antiguos trabajos de explanación y aterrazamiento, muy previos a los de la finca actual, y que, junto con la excelente defensa natural que el lugar ofrece por su configuración como península amplia y rocosa, con acantilados de gran potencia en su lado noroeste (la famosa y sobrecogedora caída de la "Olla de Borizo"), unidos a la presencia de una aparente deposición de tipo cromlech, con túmulo y foso paralelos, en la zona en la que desemboca el istmo o acceso principal, me han llevado a sospechar de la existencia de un castro de cronología antigua. Estos castros son habituales en la cornisa cantábrica, y no difíciles de rastrear dado que en la actualidad compartimos la misma línea de costa que presenciaron cántabros y romanos. El castro podría vincularse a los cántabros más orientales, dado que hasta el Sella-Salia nos encontramos en dicho territorio. A continuación os comento algunas de las fotografías y rasgos de interés de este posible hábitat prerromano.
La península tiene una posición que le permite controlar el interior (sierra prelitoral del Cuera) y la costa adyacente. Los muretes que se advierten en la fotografía son recientes, si bien algunos de los trabajos actuales pudieron apoyarse en antiguas obras de explanación y aterrazamiento.
El camino abierto sobre el istmo de acceso tiene en la actualidad una anchura de hasta 15 metros y una longitud no inferior a 50 metros. En su parte inicial está flanqueada por resaltes rocosos que pudieron constituirse en pequeñas atalayas de vigilancia del acceso principal. Existe un pequeño camino lateral, que no compromete la seguridad del castro, y que conduce a la playa de la Tayada.
Esta vía de acceso termina en un pequeño circo a todas luces excavado, en cuya parte central se asienta una estructura tumular o de tipo cromlech, con una serie de ortostatos, varios aún en pie y otros tantos derribados. Es significativa la pequeña elevación o túmulo sobre la que se asientan, rodeada de un foso circular que aún se puede advertir gracias al frecuente segado de la zona. No se advierten marcas ni insculturas en las rocas.
Las zonas de posible acondicionamiento para el hábitat son varias (hemos detectado hasta unas cuatro), amplias y repartidas en diversas áreas con una ligera pendiente, conveniente para el drenado del agua de la zona, allanadas a todas luces, con tendencia a situarse al norte y al oeste de la península. En fotografía, zona superior o posible acrópolis, cercana la punta de Truenzo.
La "Olla" de Borizo, al este de la península, muestra la enorme potencia de los acantilados que definen el castro. Significativamente existe un pequeño resalte rocoso, en forma de asiento, en el que la juventud del lugar se reta a a sentarse, casi suspendido sobre el abismo, como prueba de valor. ¿Se tratará de algún antiguo ritual de paso asociado a las clases de edad que haya podido sobrevivir, al estilo de la subida a la "Hoguera" (el árbol "Mayo") que en los comienzos de julio se celebra en los pueblos de la zona y que consiste en el ritual de escalada de los jóvenes al tronco, de varios metros de altura, cosechado de los bosques cercanos la mañana del mismo día?
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