Volvemos, años después, a la Torca de Aloños que ya analizamos, desde una perspectiva arqueoetnográfica e historica, en un artículo publicado en la revista Altamira (2022):
En este artículo vinculábamos una probable fundación fructuosiana altomedieval realizada en el lugar de la Torca con la existencia de previos rituales paganos asociados a la faceta oracular y psicopompa del dios Lug (interpretado como Mercurio por los romanos) en su epíclesis local (Aloños< Aloniecus?).
En esta ocasión nuestra amiga Carmen Ruiz nos remite el recorte que adjuntamos, procedente del periódico "El Cantábrico" (28 de enero de 1931), en el que se recoge muy someramente la siguiente leyenda: " [la Torca de Aloños], desde tiempos remotos, y de generación en generación, se cuenta que un Gallo, huyendo de las garras de un milano, desapareció por la torca abajo y fue a salir por el pueblo de Santibañez...".
Precisamente el animal que se asocia prioritariamente al dios precristiano (en la Galia también a su consorte Rosmerta) al que antes adjudicábamos la ritualística de la Torca es el Gallo, que por su vinculación simbólica con el ciclo solar ha perpetuado su presencia en el folklore de la Céltica europea e hispana, como es el caso de la pieza que analizamos. Asimismo, la entrada y venturosa salida de la Torca del ave nos acerca a la consideración liminal , incluso funeraria, de esta cueva, en remedo de la ocultación diaria del astro en su periplo y, quizás, más lejanamente, a la práctica nocturna de la incubatio que pudo practicarse en esta estación religiosa.
En todo caso nos encontramos ante una leyenda que nos ratifica en las impresiones que aventurábamos en el estudio citado.
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