
Planimetría de la Vía Agrippa incluida en el libro Comunicaciones romanas en Cantabria de J.M. Iglesias Gil y J. A. Muñiz Castro (1992), p. 182.
Desde los trabajos de F. Sojo y Lomba en los años cuarenta del s. XX, que asentaron de forma concreta la posibilidad de la existencia en Cantabria de una vía romana denominada Vía Agrippa, así como su probable trazado, no se ha avanzado excesivamente en su conocimiento o distinción. Más avances se han realizado en el planteamiento general de los posibles itinerarios de las comunicaciones romanas en la región, de la mano de J.M. Iglesias y J.A. Muñiz (1992), si bien éstos autores un tanto aún en el contexto de la tradiciónal búsqueda de caminos empedrados, problema general de la historiografía española producto de una mala comprensión de la obra vitruviana efectuada por la arqueología francesa, importada a España sin crítica alguna. Desde un punto de vista arqueológico, ésta afortunadamente ha sido revertida gracias a los trabajos del historiador de la ingeniería antigua I. Moreno Gallo, quien ha realizado desde comienzos del s. XXI un ingente esfuerzo de análisis, localización y puesta en valor de la Red Viaria Romana en la península, especialmente para el territorio de Castilla y León. En el caso de Cantabria las recientes investigaciones de L. Mantecón Callejo y su equipo (2017) han puesto, en la línea de Moreno Gallo, un punto de modernidad en la discriminación de qué pudieron ser vías romanas y qué otros caminos y sendas, los cuales datarían ya de tiempos Medievales e incluso más recientes aún.
Desde 2019 la asociación Vía Agrippa, creada por un consorcio de nueve ayuntamientos y destinada a promocionar turísticamente dicho posible itinerario, que coincidiría en gran medida con el más conocido y potenciado Camino de Santiago del Norte, viene preparando una guía y diversos materiales -por ejemplo, una propuesta del itinerario se ofrece en la app de senderismo Wikiloc -, en un loable esfuerzo de difusión.
Nuestro propósito es, a lo largo de una serie de entradas en ENTREMORIOS, analizar, siempre desde los presupuestos planteados por la obra ya muy detallada de Moreno Gallo, esta propuesta de itinerario en algunos de sus tramos, que se basa en los planteamientos, principalmente elaborados desde el estudio toponímico, de F. Sojo y Lomba. Siempre, por supuesto, a manera de hipótesis, puesto que la única confirmación de las mismas, así como de la existencia de dicha vía, sería el hallazgo arqueológico de un tramo de vía fosilizada o, en su defecto, de algún elemento complementario a la misma, tipo miliario, obra de canalización, desmonte, etc.

Propuesta de recorrido elaborada por V. Teja en Wikiloc a su paso por Piélagos, entre Arce (Puente Viejo-Barrio de Monseñor) y Campo de los Zapatos-Ermita de S. Pantaleón, lindando con Escobedo.
En esta ocasión analizaremos el itinerario propuesto por V. Teja entre el Puente Viejo de Arce y la ermita de S. Pantaleón. Partimos siempre de los supuestos asentados por I. Moreno Gallo, que definen los parámetros, estandarizados ya en la época romana - lo cual supone la existencia de escuelas de ingenieros especializados-, para poder considerar un camino como vía pública. Ésta tiene que cumplir los siguientes requisitos (como mínimo):
- pendientes longitudinales no superiores al 6% (máximo del 8% en circunstancias especiales, como las vías de montaña).
- anchos en torno a 6 m. y aún más, para permitir el cruce holgado de dos carros a una velocidad suficiente; la existencia de cunetas y áreas de protección de la calzada a cierta distancia son prescriptivas. Otras soluciones no podrían ser consideradas como vía pública, aún datando de la misma época.
- superposición de varias capas de cimentación desde los bloques pétreos con un tamaño y resistencia mayor en la base, en una progresiva disminución de su tamaño, hasta culminar en la capa de rodadura, siempre de zahorra o áridos sueltos, fácil de reparar y que suministra gran adherencia y tracción a la uña desnuda del animal, lo cual hace innecesario el herraje. Por supuesto, EN ABSOLUTO SE REMATARÍA LA VÍA EN SU SUPERFICIE CON LOSAS O CUBIERTAS PÉTREAS, cuestión que viene a suponer la solución medieval y moderna a la escasez de capacidad portante de dichas carreteras, ya muy posteriores, pero que resta seguridad y velocidad al transporte sobre ellas; en el interior de los núcleos urbanos romanos este remate sin embargo sí sería necesario por las características del tráfico rodado, entre otras cuestiones.
-Otra cuestión, que queremos destacar aquí, es que las vías militares o creadas en los momentos de la conquista, que tienen sus propios requerimientos, no necesitan mantenerse o seguir siendo utilizadas en su formato original para un uso civil en momentos posteriores. La exigencia que se ha planteado siempre al itinerario postulado de la V.A. (así nos referiremos a la Vía Agrippa en adelante), la de circular siempre por zonas elevadas, lógicamente choca con la necesidad de pendientes moderadas para el movimiento de cargas y personas, al menos en sus accesos.
Pasando ya al análisis del tramo comentado, encontramos que:
- Las pendientes de la senda de acceso, asfaltada, desde el Puente Viejo de Arce, por el Barrio Monseñor hasta la carretera que, paralela a la CA240 (referencia: Barrio de Velo), conduce hasta la Ermita de Santa Ana, son muy superiores a las admisibles para cualquier vía, incluso para un camino mulatero moderno (de un 7,6% brevemente en el arranque, hasta un tramo final de dicha trocha, bastante amplio, del 15,3%, y una aproximación a la zona superior, la que discurre hacia la Ermita por una loma longitudinal, aún con pendientes del 8,3%). Además el camino, estrecho, aparece necesariamente encajonado entre los cantiles del cueto rocoso que va escalando. La zona superior, que ya discurre hasta la ermita, es una línea casi recta, circunstancia que, añadida a su carácter elevado, la ha postulado como itinerario preferido para la V.A.
- Proponemos en cambio que el itinerario de la supuesta vía más bien se habría configurado, en su ascenso hacia la zona de Escobedo, en el entorno de la hoy carretera CA240, con cómodas pendientes de un 2,2%, a lo largo de un amplio vallejo. Precisamente esta carretera atraviesa el Barrio denominado "La Calzada".
Dicha carretera culminaría, a su paso por Piélagos, en la Ermita de S.Pantaleón, advocación bastante frecuente de encontrar en las rutas asociadas a calzadas por otra parte.
-El paso del Pas en este punto por el Puente Viejo o por un supuesto antececesor a su fábrica, del s. XVI, no es forzoso, pudiendo la calzada, que llegaría desde el alto de San Mateo, más o menos el trazado de la hoy N-611, bordear el río por la CA-233 hacia el área del Barrio Posadorios, con su iglesia de S. Martín, santo caminero donde los haya (¿etimología que nos pone sobre la pista de una mansio cercana?). El "arce" o fortaleza podría vincularse más bien a la vigilancia de los ascensos y descensos por el Pas, que en este tramo todavía experimenta los reflujos de las mareas del cercano mar -Ría de Mogro-, y se constituye en una excelente vía de comunicación y penetración en el territorio, más que a su superación por un supuesto puente en este momento, cuestión la del paso del río que podría resolverse de otras formas o en otros tramos, como Boo (de "vadum"?) -de hecho desde la primera mención del pueblo, en el cartulario de Santillana del Mar en 991, hasta la Edad Moderna, e incluso el Diccionario de Madoz, el topónimo ha sido siempre "Arce", y no Puente Arce, en sus distintas variantes-. Esa fortaleza o punto de vigilancia no tendría tampoco por qué radicar en la antigua iglesia monasterial, luego ermita, de S. Julián de Arce. Quizás más bien se encontrara en un emplazamiento más acorde, como el alto de la Iglesia de Sta. Eulalia de Oruña, en la otra margen del río, antiguo monasterio que ya aparece, también, en una donación del s. IX (habitualmente los monasterios se situaban en la proximidad de los antiguos itinerarios romanos, como ya observó el geógrafo Coello, aplicable este aserto a ambos enclaves por lo tanto).
Como apoyatura a esta continuidad de la vía por la misma orilla, Junto a esta carretera N-611, tras descender por La Cuesta de Oruña, hay que resaltar la presencia, en la cabecera del Arroyo de la Fuente del Monte, el Barrio Mijares, siendo el topónimo Mijaras-Miajaras-Mijares una referencia habitual a la existencia de miliarios o hitos asociados.
Lástima que el Puente esté en obras
HOLA, Alberto. Esas ruinas que me comentas he leído que pertenecieron a un hospital, supongo que de pobres o peregrinos, pero no medieval sino algo posterior. Gracias por tus comentarios
En la ermita de Santa Ana, hay unos restos que hace años eme dijeron eran los de un monasterio. Tuvo que haber un camino más antiguo y con menos pendiente. Lo busco desde hace años.
Gracias, Marina, me daré un paseo desde Oruña a Mijares por el sendero de la curva, todo paralelo a la Nacional Pedrodeortearrazubi