EL EREMITORIO DE SAN VICENTE EN CERVERA DE PISUERGA, UN ESPACIO SAGRADO DE RAÍCES PRECRISTIANAS

Muy cerca de la confluencia de los ríos Pisuerga y Ribera, en las afueras de la actual Cervera de Pisuerga (Palencia), territorio correspondiente a la Cantabria Histórica, se encuentra el eremitorio rupestre de San Vicente de Vado (s. VIII). Consiste en un gran roquedo vaciado en sala rectangular con varias entradas y algunas ventanas, a la que se añaden una capilla y abundantes enterramientos antropomorfos excavados en dicha roca. Se añadirían otros espacios anejos que conformarían un complejo cenobial hoy desaparecido, subsistiendo tan sólo hasta el s. XIX una capilla homónima.

La habitual estrategia de cristianización de los monjes visigodos que entre los ss. VI y VIII se asentaron, procedentes del valle del Ebro, en el Sur de Cantabria, consistía en asentarse en lugares de culto previo. En esta ocasión el patrón es claro:

-el eremitorio se asienta sobre un afloramiento dominante sobre un curso de agua (y abundando en esta característica típica, en la confluencia de dos corrientes), lugar habitual de localización de los espacios sagrados de la Céltica;

- esta roca se proyecta sobre un amplio espacio circundante, y pudo haber albergado previamente al culto cristiano y a la modificación física ejercida por él, petroglifos y pediformes, como sucede en otras estaciones del área del Sur de Cantabria, asociados a santuarios y rituales de asunción de la soberanía;

- En la interpretatio romana (de Lug, Taranis?), son frecuentes los santuarios dedicados a Júpiter en los lugares de confluencia fluvial, donde ejerce de protector de la comunidad frente a riadas, inundaciones, etc.

- En este sentido, la interpretatio cristiana de Lug o sus epítetos encuentra en el santo Vicente una recurrente conexión, como se ha estudiado en varias ocasiones.