EPANE-EPONA EN RETORTILLO
- MARINA GURRUCHAGA
- 22 dic 2019
- 2 Min. de lectura
Nuevamente (vid. post de junio de 2019) volvemos a encontrarnos con Epona, diosa céltica relacionada con la clase ecuestre castreña, la fertilidad, la soberanía y el Más Allá. Esta vez ha sido en un lugar bastante inesperado, más de mil años después de la arribada de la primera Romanización a Cantabria y la posterior Cristianización. La iglesia románica de Santa María de Retortillo, en Campoo, sobre las soñolientas ruinas de la ciudad cántabro-romana aún denominada Julióbriga (porque desde hace algún tiempo el yacimiento de Camesa-Rebolledo se disputa dicha atribución), vía la localidad en la que se encuentra (Rivo Tortillo), aparece mencionada por primera vez en el Cartulario de Santillana del Mar, a mediados del s. XI, si bien la fábrica de la iglesia y su decoración escultórica, como veremos a continuación, son posteriores y atribuidas por M.A. García Guinea, en su clásica e insustituible obra, Románico en Cantabria, al taller responsable de las tallas del monasterio de Santa María La Real de Aguilar de Campoo en la década de 1170.
En su interior se encuentran, como decimos, una serie de interesantes y bien conservados capiteles, de los cuales el que ofrecemos en el dibujo tomado de la obra de Guinea, llamó inmediatamente nuestra atención. La glosa a dicho capitel en la obra anterior se expresa como sigue: "los dos capiteles representan la consabida lucha de caballeros, ... el derecho en el momento que se atacan con sus espadas, pero al tiempo aparece entre ellos, sujetando las bridas de los caballos, la figura femenina muy repetida de la mediadora". Por otros autores se ha sostenido que esta "mediadora", relativamente frecuente en las representaciones del Románico (por ejemplo en la pila bautismal de Rebanal de las Llantas, o el capitel de Villavega de Aguilar, etc.) es una representación de la Iglesia como mediadora de la paz, garante de la Tregua Domini.
Nuestra opinión es bastante diferente. Se ha hablado mucho de la pervivencia en los motivos iconográficos del Románico de un mundo de creencias a veces proveniente de mentalidades de larga duración, deficientemente cristianizadas o, incluso, de la utilización en dicha época de motivos aparentemente bíblicos pero que apelaban, en la comprensión de sus espectadores, a elementos de antiguas teologías y mitos apenas sofocados que han llegado incluso hasta el día de hoy en el folkore y la tradición oral. Pensamos que nos encontramos ante una pervivencia de la iconografía y funcionalidad de Epona-Epane, que en su figuración durante el cambio de Era es frecuentemente representada en variadas ocasiones como una doncella diademada, de hábitos largos, a la manera de despotes therón o dominadora de bestias/caballos; en esta ocasión la joven sostiene las bridas, sencillamente, sin realizar un gesto de separación de ambos caballeros.

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