LA ARRIBADA DE LAS CABEZAS SANTAS A LA BAHÍA DE SANTANDER, UNA LEYENDA DE TRASFONDO CÉLTICO

Las cabezas de los mártires calagurritanos San Emeterio y Celedonio (militares romanos víctimas de las persecuciones religiosas del emperadorDiocleciano, en el s. III) llegaron probablemente a Santander procedentes de Calahorra durante la invasión musulmana, y desde entonces fueron la reliquia más importante de la Abadía de Los Cuerpos Santos, ubicada en el Cerro de Somorrostro de Santander.

Sin embargo, la leyenda de su arribada es un ejemplo de la permanencia de las cosmovisiones célticas sobre el Más Allá y su adaptación a las nuevas coordenadas religiosas: dice la historia que, después de un largo periplo desde el río Cidacos, luego el Ebro, y finalmente por el Mediterráneo pasando por Sevilla, un barco de piedra con las cabezas santas entró a la Bahía santanderina y, tras horadar la isla que, desde entonces, así se llamaría ("La Horadada"), allí las depositó. Esta leyenda reúne una extraña y abundantísima colección de topoi relacionables con la concepción indoeuropea del Allende, cuales son:

- la relación del barco de piedra que transporta las cabezas (equivalentes al alma en la concepción céltica) de los difuntos, con otras leyendas similares (por ejemplo, el transporte del apóstol Santiago según su propia tradición, también en un barco de piedra) del ámbito de la Céltica europea;

- la vinculación del escenario marítimo con el Occidente en el que se ubica el Más Allá; también hay previamente una serie de corrientes fluviales implicadas (río Cidacos, río Ebro) en el viaje mítico de los santos, y como sabemos los ríos y en general las aguas son espacios liminares, de paso o comunicación con el otro mundo. Durante la Edad del Hierro estas corrientes tuvieron una función funeraria en la práctica, dado que en ellas se realizaba el depósito de las cenizas de los difuntos.

- la asociación de una isla o peñón, enclave nuevamente vinculado al mar como escenario escatológico y que resulta mágicamente transformado, con el depósito de las cabezas sagradas en lugar seguro.