LA "CAZA SALVAJE" DE LOS FALSOS TEMPLARIOS DEL COLLADO DE SOMAHOZ (II)

Pero, volviendo a los templarios, aunque nunca posaran sus reales en Suano-Somahoz, existe, recogida del "Brañaflor" de Manuel LLano, una leyenda, que transcribo directamente: "contaba el tío Francisco, viejo trovador popular de Brañaflor, que los templarios tenían un convento junto al río [Híjar]. Pero, amigos de hechiceras y saludadores, en vez de clérigos parecían hermanos de la bruja de Peña Sagra y del ojáncano del Dobra. ... "Eran pícaros, desapacibles, deshonestos, avaros. No tenían de monjes más que el hábito... Hacían oro del hierro y piedras preciosas de los morrillos del río", atesorando riquezas que custodiaban perrazos cenicientos. Entregados a todos los excesos del espiritu y de la carne... el Cielo hubo de castigar tanta maldad. "Una noche bramaron las aguas; las dentellás del ríu tiraron los jastiales del conventu, jicieron trizas las piedras lo que se diz toas. La casa jué arrastrada por el agua con tos los templarios, con to el oru, con toa la plata, con las talegas blancas y los gatos negros. ... . Ciertos amaneceres, tras noches de ventisca, es posible ver las huellas de estos aparecidos, entonces conviene encomendarse a Nuestra Señora de Somahoz, antigua virgen templaria".

Es inevitable acordarnos del topos indoeuropeo de la "Caza Salvaje", rastreable en toda España bajo los nombres de Santa Compaña, La Buena Gente, Estadea, Gente de Muerte.... etc.; ya M. Almagro-Gorbea destacó el fondo mítico de las leyendas sorianas de G. A. Bécquer basadas también en las andanzas de esta "männerbünde" pasada por el tamiz del Cristianismo, la hermandad templaria, que terminan, por obra de la ira divina, muy, pero que muy malamente. También aquí, en Cantabria, la leyenda quizás embellecida por Llano pero existente en todo caso, enlazó el falso recuerdo de la presencia templaria con el rastro mítico procedente de una estructura de edad bien real, datable en la Edad del Hierro, la de las fratrías de jóvenes guerreros.