NAVIA-NABIA EN CANTABRIA
- MARINA GURRUCHAGA
- 1 nov 2020
- 2 Min. de lectura

La diosa polifuncional indoeuropea Navia-Nabia alcanzó una veneración generalizada en la sección noroccidental de la Lusitania-Gallaecia, al norte del río Duero, y más limitada o conviviente con otras deidades locales o de ámbito más general, al S, E y O de dicha área. Según B. Prosper, "Nabia" se trataría de un teónimo proveniente de un hidrónimo de raíz paleouropea y/o indoeuropea (*nawa/*nāu), que indicaría una zona de acuífero contiguo o relacionado con un valle; a partir de dicho hidrónimo se genera una dimensión religiosa y cultual como divinidad de amplio espectro, según lo comentado anteriormente.
A tenor de las inscripciones que constan en HispaniaEpigraphica online Database, en Cantabria no tenemos constancia material de su presencia; sin embargo, si obviamos la serie vinculada al topónimo "nava", con sus formas derivadas (Nava, Navas, Navazal, Las Navias, Navajo...) en Cantabria, que más bien nos rescriben al accidente natural, sí podemos rastrear en un enclave concreto, el Monte Corona (Comillas, Cantabria), la presencia en el panteón prerromano de dicha deidad. En efecto: la diosa Nabia registra en la conocida inscripción de Marecos (Penafiel, Porto, Portugal), dos menciones con el epíteto Corona. Dicho epíteto, según Peralta Labrador, derivaría del indoeuropeo *korios (guerra, ejército). En esta inscripción, la primera vez el epíteto va acompañado del teónimo, la segunda ya se muestra sin él; además, en dicha dedicatoria, los sacrificios mencionados se rescriben también a Júpiter, en clara interpretatio de un dios indígena desconocido. Teniendo en cuenta el paraje de monte en el que se encuentran esta pieza y otras, dedicadas también a Nabia (como la expresiva mención Coruae en la inscripción de Figueira do Castelo (Guarda, Portugal), se hace evidente que nos encontramos ante una paredra divina, con un claro contenido soberano, celeste y guerrero. De dicha paredra, nuestra [Nabia] Corona de Comillas habría conservado restos lingüísticos de su adoración, fosilizados en el orónimo cántabro.
Comments