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PERSONAJES ASTADOS EN LAS REPRESENTACIONES ESCULTÓRICAS DEL ROMÁNICO

  • MARINA GURRUCHAGA
  • 16 abr 2022
  • 2 Min. de lectura


S. Pedro de Cervatos. Canecillo (principios del s. XII)


Cuando en el arte escultórico del Románico, especialmente en canecillos y capiteles figurativos, aparecen personajes dotados de astas o cornamenta, suele atribuirse la intención del cantero o escultor a la representación de males, vicios o elementos jocosos en clave respectivamente religiosa o correspondiente a una cultura popular de la que hemos perdido ya casi todas sus remotas claves.

En el ejemplo que hoy llevamos a ENTREMORIOS, queda evidenciada una opinión que ya hemos expresado varias veces, cual es la importancia de realizar una lectura arqueoetnográfica informada para extraer la potencialidad informativa que estas fuentes iconográficas del Románico, tan cercanas aún a los primeros momentos de la definitiva cristianización de Cantabria, pueden mostrar respecto a estos procesos.

En el caso de esta imagen, se muestra clarisimamente un personaje disfrazado con una máscara cornuda, con la representación incluso, muy realista, del orificio para la boca, sujetando además su máscara con ambas manos. En el contexto del inicio del Cristianismo en la Península Ibérica, podemos recuperar los textos del obispo Paciano en el s. IV, en el que advertía de la costumbre pagana de disfrazarse, con motivo de las Kalendas de enero, de diversos animales, adoptando así los emblemas de las divinidades célticas: astados toros y ciervos, jabalíes y caballos, lo son todos del pancéltico dios Lug, sincretizado como el Jano de las romanas Ianuaria. En concreto durante el Concilio de Auxerre se legisla tajantemente contra su celebración, señalándose propiamente el disfraz de ciervo y el de bóvido, caso de nuestro canecillo. San Martín de Braga, ya en el s. VI, vuelve a denunciar dicha costumbre entre los pueblos norteños, así como todavía, el el s. VII, lo hará S. Isidoro.

Pues bien, es evidente, a juzgar por este canecillo, que la costumbre festiva y sus máscaras primitivas siguen bien vivas a comienzos del s. XII. Vijaneras y Antruidos posteriores, celebrados de manera espontánea hasta bien entrado el s. XX en Cantabria, conservarán la figura del oso como elemento principal, si bien el remedo de ciervo o el de toro, atestiguado por nuestra escultura, habrán desaparecido.

 
 
 

1 Comment


Pedro De Orte Arrazubi
Pedro De Orte Arrazubi
Apr 16, 2022

En la cueva del salitre hay un bovido y un caballo, miles de años después el toro de Osborne y en el Guernica de Picasso un toro y un caballo


¿Que pasa? Un saludo Pedrodeortearrazubi

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