Es conocido el uso de la cruz como signo apotropaico presente en las cuadras (preferentemente grabado o inscrito en la viguería) para evitar el "mal de ojo" a los ganados, casi siempre en Cantabria dicho mal proveniente de elementos brujeriles. Los lugares conceptuados más vulnerables a estas influencias maléficas eran las mencionadas cuadras, las ventanas y puertas domésticas y los tiros de las chimeneas y hogares. Este signo deriva como es sabido de diseños astrales mucho más antiguos, en la línea de la vinculación del dios solar Lugh y sus epíclesis locales a la guardia y propiedad de los medios de subsistencia ganaderos y la familia en general. Un estadio intermedio entre los mencionados diseños apotropaicos en esvástica o solares lo constituyen las rosetas hexapétalas, motivo decorativo tradicional que se colocaba por supuesto en los accesos comentados, lugares de posible entrada del mal. También la disposición de elementos de hierro (hoces, herraduras, cuchillos, tijeras), clavados en las vigas de las cuadras, podrían ayudar a ahuyentar los maleficios.
En esta ocasión nos ha llamado la atención, en concreto en una cuadra centenaria del pueblo de Soto de Campoo, la disposición de sendas cruces enfrentadas, de brazos cortos (formalización que las acerca al emblema solar), marcando estrictamente una línea imaginaria que señalaría la exacta mitad del recinto, la primera situada justamente sobre la puerta de paso a la vivienda desde la propia cuadra, lugar sensible como hemos comentado, y la segunda exactamente enfrente, sobre los antiguos pesebres. La compartimentación estricta del espacio, de la que en esta ocasión se hace gala, vinculada a los usos fastos y nefastos, es típica de la Céltica europea y sus pervivencias, y se extendía en su origen desde la generación de entornos sacros o la organización de los lugares funerarios, hasta los rituales de asunción de la soberanía, pasando por la observación de los movimientos proféticos de las aves y la configuración de las ceremonias de ordalía. Es probable que cada parte de la cuadra se asignase por lo tanto a usos diversos en función de esta ordenación espacial simbólica, articulada por las marcas en cruz mencionadas. De hecho conocemos algún ejemplo (A. Martínez Beivide, "Creer en brujas", Aguanaz 4), según el cual en ciertos lugares de las cuadras no era conveniente poner a parir a las vacas, por el riesgo de complicaciones que esto podría conllevar.
VOLVEREMOS A ENCONTRARNOS, D.M., EN EL OTOÑO. QUE TENGÁIS UN BUEN VERANO. SALUTEM PLURIMAM OMNIBUS!

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