SACRA SAXA EN CANTABRIA (III)
- MARINA GURRUCHAGA
- 15 dic 2019
- 2 Min. de lectura
Los grabados con forma de pie o calzado sobre roca o superficie pétrea, se asocian en el mundo indoeuropeo a parajes sagrados vinculados con la exaltación de la soberanía y a ceremonias de entronización. Son especialmente frecuentes en la Hispania occidental, granítica, especialmente en Galicia, Norte de Portugal y Extremadura, pero también podemos encontrar algunos ejemplos en Cantabria, que hasta la fecha no han sido especialmente contextualizados desde el punto de vista de su significado profundo. En el magnífico lugar de Facebook "Petroglifos en Valderredible" aparecen recogidos, con su correspondiente fotografía, al menos dos ejemplos: la Peña Zapatos en las cercanías de Salcedo y la roca de Linares de Bricia. También en la Pradería de San Ciprian, en Santibáñez (Cabezón de la Sal), se encuentran grabados podoformes; otro hallazgo reseñable es el del paraje conocido como Brañaflor, donde se hallan los conocidos como "pies del romano" (entre S. Vicente del Monte y Cabezón de la Sal); se añadiría el conjunto de Bustasur, etc. Como decíamos, estas insculturas se relacionan con la hierogamia del jefe tribal y la diosa de la tierra y la fertilidad, de la cual obtiene el líder la fecundidad y prosperidad que se espera que transmita a su pueblo durante la jefatura que inicia. Suelen encontrarse en rocas que dominan amplias perspectivas (en Galicia sobre la croa de los castros), orientadas ritualmente, a veces acompañadas de cazoletas, canalillos y otros elementos propios de las modificaciones introducidas en la "arquitectura ambigüa" que venimos comentando recientemente. Es realmente posible que estas señales o grabados hubieran estado mucho más presentes en la geografía de Cantabria, pero las características del roquedo, a veces fácilmente erosionable (calizas, areniscas), seguramente son responsables en buena medida de la escasez de estos elementos.

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