SANTA CASILDA Y EL POZO DE LA FERTILIDAD
- MARINA GURRUCHAGA
- 17 nov 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 18 nov 2019
El santuario de Santa Casilda, en las proximidades de Briviesca (Burgos) nos ofrece un claro ejemplo de interpretatio cristiana de una deidad prerromana local, correspondiente al grupo de los autrigones, especializada en la curación y la incercesión respecto a los problemas relacionados con la fertilidad femenina, sus manifestaciones biológicas y disfuncionalidades ("flujo de sangre", amenorrea, etc.).
La misma santa es una supuesta princesa "mora" que se convierte y realiza milagros de transformación en rosas (y esto de metamorfosear sustancias nos suena mucho a las habilidades mágicas de los dioses del panteón céltico) del pan donado a los cautivos de su padre, el rey de Toledo, para terminar luego como ermitaña, en el lugar de adoración junto al "pozo de San Vicente" (por S. Vicente Mártir, este santo mártir y bien constatado), previamente habitado por unos monjes que habrían recalado allí probablemente en época visigoda. Esta santa y su historicidad ya fueron puestos en duda por el mismo Padre Flórez en 1773, asombrado por la ausencia de su rastro en la documentación tanto árabe como cristiana en fechas supuestamente tan avanzadas como el s. X-principios del XI. La circunstancia misma de su vinculación personal (se traslada desde Toledo a curarse ella misma de dichos males "femeninos") con dicho manantial o fuente salutífera, y al rito que tras de su vinculación a dicho lugar -donde fue originalmente enterrada- comenzó a realizarse, consistente en arrojar piedras al pozo, de arcilla si se quiere parir una niña, al uso si se quiere niño -a la manera de sacrum saxum acuático-, así como el portar durante el embarazo, para favorecer su buen término, y al producirse el parto, cintas "de la Santa" (en clara alusión a los nudos mágicos de la mitología celta) , encender luminarias dedicadas a la misma, etc., transpira elementos precristianos evidentes.

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