SANTA MARINA-NAVIA EN EL ALTO CARRIÓN

La comarca del Curavacas, concretamente en el valle de Pineda (Alto Carrión), como parte de la Montaña Palentina y de la Cantabria histórica, es un enclave hoy frecuentado por senderistas y pescadores y antaño por los ganados (merinas y bovinos especialmente) que pastaban en la estación favorable. Tan sólo en dicho momento, Pues los "despoblados" o "desierto" de Pineda, paisaje periglaciar relicto del último máximo de enfriamiento, son referidos por P. Madoz en su Diccionario Geográfico como sigue: "el despoblado es de cerca de cuatro leguas, sin abrigo alguno, pues no se encuentra ni un árbol donde guarecerse. siendo raro el año que en la estación del frío no se encuentren cadáveres de personas ateridas" .

Desde nuestro punto de vista, el paraje es rico en indicios de una religiosidad de matriz indoeuropea, presente en diversidad de elementos que iremos desgranando en sucesivos posts. Hoy llamaremos la atención sobre el enclave de Santa Marina, nombre del paraje donde las aguas del Carrión se ven incrementadas por su tributario el arroyo Arauz. En más ocasiones hemos comentado cómo, en la configuración del paisaje sagrado indoeuropeo, los sectores de cruce, tanto de caminos como de encuentro de corrientes fluviales, son considerados espacios liminales, sagrados, donde se manifiesta la divinidad de forma privilegiada. La diosa Navia (con sus otros teonimos asociados en todo el espacio de la Céltica peninsular) es preferentemente convocada en dichos espacios de confluencia de corrientes. En el proceso de interpretatio cristiana ya hemos analizado en varios posts y en otras investigaciones, cómo la imposible Santa Marina (por cuanto que es una Santa producto de la hagiografía maravillosa delMedievo) suele asumir las funciones salutíferas y fertilizadoras de dicha previa deidad, como una vez más confirmamos por la existencia de dicha antigua ermita, dedicada a la Santa, en estos parajes del Alto Carrión.