Curiosidades y anécdotas del Balneario de la Fuente del Francés de Hoznayo por Carmen Ruiz
- raminavictrix
- 19 ene
- 2 Min. de lectura

EL AYUNADOR MC DERMOTT Y EL AGUA DE HOZNAYO
Absolutamente toda la prensa nacional se hizo eco, en 1909, del reto de uno de aquellos luego llamados “artistas del hambre”, conocidos por este nombre gracias a un relato corto de Kafka publicado en 1922, cuyo nombre artístico (o real) era Mc-Dermott.
Este hombre, de origen argelino (aunque luego resultó ser de Nimes y estudiante de Medicina en Montpellier) pretendía permanecer dentro de una urna de cristal durante treinta días, alimentándose únicamente con un azucarillo diario y una botella de agua, con la intención de emular al faquir Papuss, quien en 1901 había permanecido sin comer ocho días dentro de otra urna en el Teatro Circo del Ensanche de Bilbao.
En esta ocasión, fue el Teatro Olimpia, en plena gran Vía de Bilbao, el lugar elegido para realizar tal hazaña. Acudió acompañado de su mujer, un representante y un criado (según cuenta un reciente artículo de El Correo firmado por Carlos Benito)[1] y afirmó haber realizado el prodigio en otras cuatro ocasiones, dato este que no pudo confirmar con ningún documento.
Los ayunadores formaban parte de una rama del faquirismo que al comienzo del S. XX atraían muchísimo público a sus espectáculos. En este caso, por ejemplo, la entrada se cobraba a cincuenta céntimos por persona[2]. La anécdota viene a colación porque durante los nueve o diez días que permaneció finalmente en la urna, estuvo examinado diariamente por un médico que tomaba su temperatura y observaba sus constantes, para garantizar la continuidad del “experimento”.
El día 25 de junio de 1909, el Heraldo Alavés aseguraba que el gobernador provincial, conde de Aresti, había recibido un informe médico advirtiendo que si el ayunador continuaba un día más en su encierro, no respondían por su vida. Tras la opinión del o de los los facultativos, se personaron en el teatro agentes de la autoridad y lo conminaron a salir.
Mc-Dermott entró en cólera, ante lo que creía una injusticia, pues se veía capacitado para continuar, y cogiendo una botella, que resultó ser de AGUA DE HOZNAYO, arremetió contra el cristal y lo rompió en pedazos (la Atalaya, 26/6/1909).
Al salir de la urna, conversó con el público presente y dio muestras de vigor tanto en sus ademanes como en su voz, mientras protestaba por la decisión adoptada contra su encierro voluntario. El diario El Radical, de 20 de junio, aseguraba que el agua que tomaba sería analizada todos los días, mientras permaneciera encerrado.
Una anécdota curiosa sobre el consumo de agua de esta localidad, que tuvo una gran relevancia comercializadora junto al de Solares y que, sin embargo, parece haber sido relegada de la memoria colectiva[3].
[2] Heraldo Alavés. 11/6/1909.
[3] Reconocimientos concedidos al Agua de Hoznayo durante su historia comercializadora:
1-MADRID,1883. Exposición Nacional de Minería. Medalla de Bronce.
2-PARÍS,1884. Sociedad Científica Europea. Medalla de Oro.
3-ZARAGOZA, 1908.Exposición Hispanofrancesa. Diploma de Honor.
4-BUENOS AIRES, 1911. Exposición Universal. Medalla de Oro.
5-SEVILLA,1929. Exposición Iberoamericana. Medalla de Oro.
6-BARCELONA,1929. Exposición Internacional. Medalla de Oro.







Comentarios